Aprovechando una estadía en Guatapé, decidí conocer un poco mas sobre el camino de Islitas o de Palagua, el cual durante la época de la colonia fue uno de los secretos mejor guardados de los indígenas de la región (Tahamies), hasta que la presión y el acoso de los colonos hicieron que en 1778 revelaran dicho sendero el cual partía desde lo que se conocía como la Ceja de Guatapé, ascendia hasta el páramo y luego empezaba a descender lentamente hasta el rio Samaná hasta llegar a Nare a un punto conocido como Cienaga de Palagua.
A continuación transcribo un fragmento al respecto encontrado en el libro “Gobernantes de Antioquia” editado en el 2007 por la Academia Antioqueña de Historia en conjunto con la Asociación de Exgobernadores y Exdiputados de Antioquia con apoyo de la Gobernación de Antioquia:
“En 1778, el gobernador Buelta Lorenzana, en su afán de buscar un camino mejor y más corto para salir al Magdalena que no tuviera tantos peligros y riesgos como el de Nare, pidió estudios, costos, cálculo de la obra, verificación de las bodegas, utilidades del movimiento comercial, etc.
De este estudio se encargaron don Andrés Pardo y don Pedro Aldana, en cuanto a la justificación del gasto. En esto de apertura de caminos hay que tener en cuenta las limitaciones de la época y los continuos peligros a que se exponía el pueblo jornalero para realizar esta hazaña de romper montañas, derribar montes en medio de animales peligrosos como tigres y serpientes y abrir trochas.
Gracias a su esfuerzo, la provincia salió del estancamiento en que se encontraba porque las montañas eran una barrera difícil de superar. En ese tiempo no se conocían medios mecánicos, todo lo era el esfuerzo humano; no se tenían equipos topográficos, ni motoniveladoras, ni máquinas cargadoras, ni aplanadoras, ni buldózeres. Esta ha sido una de las grandes proezas del pueblo antioqueño, del indígena o campesino; la mayoría eran peones rasos que vivían en los montes.
Pedro Biturro Pérez, el capitán a guerra que jugó un papel tan ingrato y definitivo en la revolución comunera, tuvo también su desempeño, esta vez más afortunado en la apertura de los caminos. Recorrió personalmente varias veces las vías e hizo señalización y dio informes sobre esta nueva opción era realizar un comercio en mejores condiciones y que favoreciera las entradas reales lógicamente.
Decía que sería un camino más ligero de Rionegro a Honda, que desangustía el corazón de tanto tropel de inconvenientes que se han visto en el camino de Herveo y en el de Nare. Se parte de Honda sobre el Magdalena, al Brazuelo del Tigre, hay 29 leguas y aguas abajo se navega de sur a norte con poca diferencia en 10 o 12 horas de tiempo. Se desembarca en el Brazuelo del Tigre con mulas que se conducen en balsas, se toma el camino y en 3 o 4 horas se pasan quebradas sin riesgos hasta llegar al río Samaná. Se duerme en este sitio en donde desemboca el Samaná en el Nare que se llama Juntas; allí se hicieron unas bodegas cómodas y seguras.
Al tercer día se suben unas cuestas livianas sin canalones hasta llegar a la quebrada de las Canoas, en donde se hace descanso en un tambo o posada. El cuarto día se baja otra cuesta, se llega al Peñón pelado (posiblemente la piedra del Peñol) y se baja al río Guatapé en una hora de bajada.
El río Guatapé se pasa en balsa y las mulas nadando; luego se encuentra el río Arenal y se pasa este río sin peligro, en dos horas. Al día siguiente se alcanza la Ceja de Guatapé. El séptimo día se llega a Marinilla y en la tarde se encuentra con el Rionegro y el Valle de San Nicolás de este mismo nombre. Son siete días. Los arrieros cobran un flete de ocho pesos.
Por este camino hay dos puentes de a caballo, uno sobre el Rionegro y otro en la quebrada Marinilla. Hay que mantener bien el camino, retirar los despojos y descepar raíces. No hay montes malignos; el único peligro que existe es la navegación por el Nare al llegar al Magdalena, porque allí el río es de aguas tirantes.
El mercader don Carlos Barsenilla, bajo la gravedad del juramento, dijo que los planos estaban ajustados a la realidad tanto en el método.”
Tomado del libro GOBERNANTES DE ANTIOQUIA.
domingo, 11 de abril de 2010
jueves, 18 de marzo de 2010
Ascenso al Cerro Tusa
Es difícil no sentir cierta desazón entremezclada con reverencia y cierto grado de respeto cuando desde la lejanía, la silueta de cerro Tusa emerge sobreponiéndose al resto de los elementos del paisaje. Ni siquiera su eterno compañero, el cerro Bravo de Fredonia logra generar estos sentimientos que palpitan en nuestro interior, como si de un llamado ancestral se tratase y máxime cuando sabes que en pocas horas estarás enfrentado a sus laderas.
Y es que si podemos hablar de un elemento que se constituya en un icono dentro los grupos de Caminería en Antioquia, el cerro Tusa será siempre un referente constante. Asi cada cual contará su propia historia, alguna anécdota famosa y no faltará quien simplemente rascándose la coronilla echará algún mal chiste.
Bueno, y no es para menos pues este coloso revienta rodillas se erige unos 500 mts sobre el paisaje circundante en una inclinación que oscila entre los 75 y 80 grados desde su base. Estas dimensiones no son para nada despreciables y dado que se le suele llamar “Pirámide Natural”, baste calcular que en su altura cabria holgadamente tres veces la gran pirámide de Gizeh.
Y es precisamente en este ámbito en donde empiezan los mitos, las conjeturas y toda suerte de hipótesis que van desde estructura ceremonial indígena, pasando por plataformas de observación para dioses extraterrestres y por supuesto la mas obvia de todas, de que se trata de un trozo de un meteorito.
La caminata para conquistar este gigante, comenzó en la población que en sus fiestas patrimoniales rinde homenaje a su figura tutelar, realizando las “Fiestas del Cerro Tusa”. Desde el parque de Venecia y acompañados por el canto, casi ensordecedor, de las chicharras, iniciamos un recorrido con dirección Oeste hacias la veredas El Ventiadero y Villa Luz, sobre un terreno ondulado que bordea los cerros “Carmona” y “El Sillón”.
A medida que nos aproximábamos a la base del cerro, su figura se hacia cada vez mas prominente y gracias a lo despejado del día, pudimos empezar a divisar lo que seria el camino de ascenso. De esta manera, pausada y tranquilamente nos fuimos acercando, dejando atrás las estribaciones montañosas de El Sillón y luego de cruzar un guadual, llegamos a una pequeña pradera llena de potreros, la cual demarcaba claramente la base del Cerro.
Acalorados por los casi 30 grados Celsius que nos golpeaban pero con el animo exaltado, emprendimos el lento ascenso a Tusa. En este momento el horizonte desaparecía por completo y lo único que la vista podía vislumbrar era la pendiente cada vez más acuciante.
El primer tercio del ascenso al cerro esta dominado por varios potreros, los cuales están surcados por un camino en zig-zag el cual se deja recorrer relativamente bien. Una vez alcanzado el perímetro de los potreros y justo donde comienza el bosque nativo es que la cuestión se pone dura. Nada de senderos o de canalones, nada de remansos o recodos en donde descansar, olvídense de pasos cortos, cadentes y seguros, aquí hay una sola vía. Recobras el aliento cuando puedes, te sostienes precariamente sobre la punta del pie o sostenido de cualquier pequeña raíz, en verdad era un solo sentido, para una sola meta: la cúspide del cerro. Aquí, cada tramo y cada escalón ganados deben ser tenidos como un triunfo, un pequeño regalo para nuestro ego, herido y jadeante, es todo lo que necesitas o de lo contrario el ascenso se hará todo un infierno.
Pasados los dos primeros tercios y en el intervalo final, la vegetación se va haciendo más pequeña: desaparecen los árboles y solo quedan arbustos, malezas y pequeñas frondas. Atrás de ti, los cerros que antes se veían igual de temerarios que el Tusa, son ahora un accidente geográfico más.
Cerca de la cúspide, la vegetación se hace tan pequeña que pronto te das cuenta que la tierra que tienes a tus lados va siendo cada vez más escasa y empinada, incluso puedes llegar a sentir algo de vértigo, pues la pendiente es claramente visible, y lo peor: estas parado en medio de ella. Es en ese momento, en donde prefieres tomarte un minuto de descanso, relajarte y sorber un trago largo de agua. Los graznidos de los mirlos amenizan el momento y sientes el poder de su vuelo al oir el zumbido de sus alas cortando el viento de la cumbre, cual si se tratase de jets que hicieran alguna clase de desfile aéreo para saludarte.
Alguien en mi familia me preguntó ese mismo día por la noche: Qué se siente cuando llegas a la cumbre? Seguramente alguien con una vena filosófica o poética mas aguda que la mía, diría una importante frase, emotiva y llena de transcendencia. Por mi parte solo puedo decir: Qué cansancio tan tenaz!! (Realmente tengo una frase más folklórica pero la reservo para mis allegados).
Pero una vez superado el agotamiento, pude concentrarme en disfrutar el lugar y divisar con detalle, el entorno que rodea esta roca.
Roca ? Efectivamente. Mas allá de la tierra y toda la vegetación que la cubre, el corazón mismo del cerro es una inmensa roca ígnea. Y no esta sola: Cerro Bravo, El Sillón y otros de la región, son enormes piedras que debido a procesos de erosión y por movimientos mismos de la corteza terrestre, afloran o quedan expuestas. Recordemos que precisamente allí, en donde el cerro Tusa esta ubicado, puede verse el cañón del río Cauca que separa las cordilleras central y occidental, las cuales son pruebas silentes de los violentos procesos geológicos de esta región.
“Pero si es ígnea, no es un volcán?” No. Esta roca se formó de magma fundido pero dentro de la corteza terrestre. Allí mismo se enfrió y terminó por solidificarse durante el Plioceno, es decir, y para ponerlo en términos mas coloquiales: entre el momento en el cual ésta piedra se formó y el día en que mis compañeros y yo nos posamos sobre ella, el sol ha revoloteado sobre el horizonte unas 3700 millones de veces. Aproximadamente.
El cerro esta rematado en su lado norte por una estrecha meseta del tamaño de una cancha de Voleyball y por una franja mucho mas estrecha y quebrada en la sección sur. Sus bordes son difusos a consecuencia de los matorrales y arbustos, de forma que se debe estar atento de dónde se pisa, porque puede resultar ser no muy firme. No hay árboles, ni ninguna otra estructura en la cual guarecerse, de manera que el sol del mediodía nos impactó de lleno. Estas condiciones y el aire seco nos obligaron a mantenernos hidratados continuamente.
Como mencioné antes, desde el cerro puede divisarse claramente como el río Cauca emerge desde el sur y se une con el San Juan por los lados de Bolombolo. Desde allí, empieza a discurrir hacia el norte y se interna en un cañón estrecho que finalmente lo llevará hasta la zona de Santa Fe de Antioquia y mas allá. Así mismo, desde el cerro puede verse como se forma una especie de llanura ondulada que asciende desde las riberas del Cauca hasta la cordillera central pasando por Venecia hasta llegar a Fredonia. Es una vista única, que para describirla adecuadamente, las palabras nunca serian suficientes.
El descenso? Vertiginoso. Mi recomendación: es mejor hacerlo lento y despacio, asegurando en todo momento la estabilidad y la seguridad de tu posición. Pisando firme y con seguridad. Descender tramos cortos, usar mucho el bastón (si tuvo la osadía de subirlo). Trate de que sean sus muslos, pantorrillas y pies quienes hagan la fuerza: sus rodillas se lo agradecerán. Si el tiempo esta muy seco, entonces saque un pañuelo y cúbrase la cara o de lo contrario prepárese para conocer el sabor de la polvareda.
Una vez de regreso a la seguridad de las tierras bajas y si aun conserva alientos, puede realizarse una caminata muy suave que circunvala el cerro y de esta manera puede llegar hasta la carretera Venecia-Bolombolo. Desde allí y en sentido oeste, a unos 10 minutos puede llegarse hasta la piedra del sacrificio y desde ella, divisarse la “Cara de la Diosa”. Este lugar guarda por supuesto, reminiscencias arqueológicas del pasado indígena de la región. Y digo guarda porque en el mismo lugar se erige un santuario a la virgen del Carmen. No creo que los indios Zenufanes les gustase mucho esta nueva decoración, lastimosamente la conquista española y la colonización acabó con este gran imperio que se extendía desde los márgenes caribeños en lo que hoy es Tolú, hasta estas tierras en las cuales residían los grandes caciques y sus tesoros. Pero esta será historia de otro viaje.
Como es costumbre, adjunto las fotos y la ruta. Mucho animo caminantes!
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Y es que si podemos hablar de un elemento que se constituya en un icono dentro los grupos de Caminería en Antioquia, el cerro Tusa será siempre un referente constante. Asi cada cual contará su propia historia, alguna anécdota famosa y no faltará quien simplemente rascándose la coronilla echará algún mal chiste.
Bueno, y no es para menos pues este coloso revienta rodillas se erige unos 500 mts sobre el paisaje circundante en una inclinación que oscila entre los 75 y 80 grados desde su base. Estas dimensiones no son para nada despreciables y dado que se le suele llamar “Pirámide Natural”, baste calcular que en su altura cabria holgadamente tres veces la gran pirámide de Gizeh.
Y es precisamente en este ámbito en donde empiezan los mitos, las conjeturas y toda suerte de hipótesis que van desde estructura ceremonial indígena, pasando por plataformas de observación para dioses extraterrestres y por supuesto la mas obvia de todas, de que se trata de un trozo de un meteorito.
La caminata para conquistar este gigante, comenzó en la población que en sus fiestas patrimoniales rinde homenaje a su figura tutelar, realizando las “Fiestas del Cerro Tusa”. Desde el parque de Venecia y acompañados por el canto, casi ensordecedor, de las chicharras, iniciamos un recorrido con dirección Oeste hacias la veredas El Ventiadero y Villa Luz, sobre un terreno ondulado que bordea los cerros “Carmona” y “El Sillón”.
A medida que nos aproximábamos a la base del cerro, su figura se hacia cada vez mas prominente y gracias a lo despejado del día, pudimos empezar a divisar lo que seria el camino de ascenso. De esta manera, pausada y tranquilamente nos fuimos acercando, dejando atrás las estribaciones montañosas de El Sillón y luego de cruzar un guadual, llegamos a una pequeña pradera llena de potreros, la cual demarcaba claramente la base del Cerro.
Acalorados por los casi 30 grados Celsius que nos golpeaban pero con el animo exaltado, emprendimos el lento ascenso a Tusa. En este momento el horizonte desaparecía por completo y lo único que la vista podía vislumbrar era la pendiente cada vez más acuciante.
El primer tercio del ascenso al cerro esta dominado por varios potreros, los cuales están surcados por un camino en zig-zag el cual se deja recorrer relativamente bien. Una vez alcanzado el perímetro de los potreros y justo donde comienza el bosque nativo es que la cuestión se pone dura. Nada de senderos o de canalones, nada de remansos o recodos en donde descansar, olvídense de pasos cortos, cadentes y seguros, aquí hay una sola vía. Recobras el aliento cuando puedes, te sostienes precariamente sobre la punta del pie o sostenido de cualquier pequeña raíz, en verdad era un solo sentido, para una sola meta: la cúspide del cerro. Aquí, cada tramo y cada escalón ganados deben ser tenidos como un triunfo, un pequeño regalo para nuestro ego, herido y jadeante, es todo lo que necesitas o de lo contrario el ascenso se hará todo un infierno.
Pasados los dos primeros tercios y en el intervalo final, la vegetación se va haciendo más pequeña: desaparecen los árboles y solo quedan arbustos, malezas y pequeñas frondas. Atrás de ti, los cerros que antes se veían igual de temerarios que el Tusa, son ahora un accidente geográfico más.
Cerca de la cúspide, la vegetación se hace tan pequeña que pronto te das cuenta que la tierra que tienes a tus lados va siendo cada vez más escasa y empinada, incluso puedes llegar a sentir algo de vértigo, pues la pendiente es claramente visible, y lo peor: estas parado en medio de ella. Es en ese momento, en donde prefieres tomarte un minuto de descanso, relajarte y sorber un trago largo de agua. Los graznidos de los mirlos amenizan el momento y sientes el poder de su vuelo al oir el zumbido de sus alas cortando el viento de la cumbre, cual si se tratase de jets que hicieran alguna clase de desfile aéreo para saludarte.
Alguien en mi familia me preguntó ese mismo día por la noche: Qué se siente cuando llegas a la cumbre? Seguramente alguien con una vena filosófica o poética mas aguda que la mía, diría una importante frase, emotiva y llena de transcendencia. Por mi parte solo puedo decir: Qué cansancio tan tenaz!! (Realmente tengo una frase más folklórica pero la reservo para mis allegados).
Pero una vez superado el agotamiento, pude concentrarme en disfrutar el lugar y divisar con detalle, el entorno que rodea esta roca.
Roca ? Efectivamente. Mas allá de la tierra y toda la vegetación que la cubre, el corazón mismo del cerro es una inmensa roca ígnea. Y no esta sola: Cerro Bravo, El Sillón y otros de la región, son enormes piedras que debido a procesos de erosión y por movimientos mismos de la corteza terrestre, afloran o quedan expuestas. Recordemos que precisamente allí, en donde el cerro Tusa esta ubicado, puede verse el cañón del río Cauca que separa las cordilleras central y occidental, las cuales son pruebas silentes de los violentos procesos geológicos de esta región.
“Pero si es ígnea, no es un volcán?” No. Esta roca se formó de magma fundido pero dentro de la corteza terrestre. Allí mismo se enfrió y terminó por solidificarse durante el Plioceno, es decir, y para ponerlo en términos mas coloquiales: entre el momento en el cual ésta piedra se formó y el día en que mis compañeros y yo nos posamos sobre ella, el sol ha revoloteado sobre el horizonte unas 3700 millones de veces. Aproximadamente.
El cerro esta rematado en su lado norte por una estrecha meseta del tamaño de una cancha de Voleyball y por una franja mucho mas estrecha y quebrada en la sección sur. Sus bordes son difusos a consecuencia de los matorrales y arbustos, de forma que se debe estar atento de dónde se pisa, porque puede resultar ser no muy firme. No hay árboles, ni ninguna otra estructura en la cual guarecerse, de manera que el sol del mediodía nos impactó de lleno. Estas condiciones y el aire seco nos obligaron a mantenernos hidratados continuamente.
Como mencioné antes, desde el cerro puede divisarse claramente como el río Cauca emerge desde el sur y se une con el San Juan por los lados de Bolombolo. Desde allí, empieza a discurrir hacia el norte y se interna en un cañón estrecho que finalmente lo llevará hasta la zona de Santa Fe de Antioquia y mas allá. Así mismo, desde el cerro puede verse como se forma una especie de llanura ondulada que asciende desde las riberas del Cauca hasta la cordillera central pasando por Venecia hasta llegar a Fredonia. Es una vista única, que para describirla adecuadamente, las palabras nunca serian suficientes.
El descenso? Vertiginoso. Mi recomendación: es mejor hacerlo lento y despacio, asegurando en todo momento la estabilidad y la seguridad de tu posición. Pisando firme y con seguridad. Descender tramos cortos, usar mucho el bastón (si tuvo la osadía de subirlo). Trate de que sean sus muslos, pantorrillas y pies quienes hagan la fuerza: sus rodillas se lo agradecerán. Si el tiempo esta muy seco, entonces saque un pañuelo y cúbrase la cara o de lo contrario prepárese para conocer el sabor de la polvareda.
Una vez de regreso a la seguridad de las tierras bajas y si aun conserva alientos, puede realizarse una caminata muy suave que circunvala el cerro y de esta manera puede llegar hasta la carretera Venecia-Bolombolo. Desde allí y en sentido oeste, a unos 10 minutos puede llegarse hasta la piedra del sacrificio y desde ella, divisarse la “Cara de la Diosa”. Este lugar guarda por supuesto, reminiscencias arqueológicas del pasado indígena de la región. Y digo guarda porque en el mismo lugar se erige un santuario a la virgen del Carmen. No creo que los indios Zenufanes les gustase mucho esta nueva decoración, lastimosamente la conquista española y la colonización acabó con este gran imperio que se extendía desde los márgenes caribeños en lo que hoy es Tolú, hasta estas tierras en las cuales residían los grandes caciques y sus tesoros. Pero esta será historia de otro viaje.
Como es costumbre, adjunto las fotos y la ruta. Mucho animo caminantes!
Ascenso Cerro Tusa
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martes, 6 de octubre de 2009
Trekking al Paramo de Belmira - Primera Parte
De nuevo un páramo, pero esta vez el de Belmira, en nuestra querida y amada Antioquia, ubicado en la parte septentrional de Medellín (a aproximadamente 40 kms). Su extensión es de unas 35 mil hectáreas pertenecientes en su gran mayoría al municipio de Belmira y una pequeña porción a Entrerrios. Esta zona de Antioquia corresponde a ese conjunto de pueblos del noroeste cercano, enmarcados por pueblos como San Pedro, Entrerrios, Santa Rosa, Belmira y Don Matías.
A nivel geográfico, el páramo de Belmira se encuentra ubicado en la cordillera central de Colombia la cual comienza desde este punto a desvanecerse lentamente hacia el norte, más allá de los llanos de Cuivá y de las estribaciones montañosas de Yarumal. Sin embargo esta zona es sumamente interesante porque desde el Páramo de Belmira puede distinguirse claramente como las cordilleras Occidental y la Central son partidas por el cañón del rio Cauca, el cual discurre hacia el norte cada vez mas encerrado por ambas cadenas montañosas llegando a una zona tan abrupta que no hubo mejor nombre para darle que El Nudo de paramillo.
En esta ocasión se trataba de un viaje de tres días al páramo pero, debo decir que nada nos derrotó: ni el cansancio, ni la altura, ni el frio, ni las incomodidades propias de estos viajes. Sería esta la ocasión perfecta para conocer el verdadero valor de esa simple molécula compuesta por dos átomos de hidrogeno y uno de oxigeno, sin cuya presencia la vida en este planeta no hubiese sido, ni será posible.

Partimos desde la plaza de Belmira y nos encaminamos hacia el páramo con nuestros morrales a cuestas tomando como ruta la del Alto La Montañita. Nada mas empezando, luego de cruzar el rio Chico a la altura del cementerio, nos recibe una agradable colina de unos 45 grados de inclinación, la cual puso nuestras intenciones a prueba y que serviría de perfecto abrebocas para el recorrido que apenas iniciábamos.
Conforme fuimos avanzando, sobre un terreno ondulado pero cuya tendencia era claramente ascendente, pasamos sobre poderosos canalones de arriería y empezamos a divisar nuestro objetivo: La casa-refugio situada en lo alto de la cuchilla de El Morro. Esta visión presagiaba que el ascenso final sería todo un reto para los músculos de nuestras piernas.
Pasado el mediodía llegamos hasta una finca en las estribaciones de La Quebradona, en la zona de Sabanas, donde hicimos la obligada parada para almorzar. Con tan solo 5 kms de recorrido algunas personas empezaron a notar como el agua empezaba a desaparecer, quizás demasiado rápido. Era evidente la necesidad de encontrar una buena fuente del líquido y para fortuna de muchos, ésta apareció en medio de la maleza justo cuando con renovadas fuerzas retomabamos el rumbo.
Desde allí se hizo evidente que la montaña hacía una especie de “silla de montar” con dos cuchillas ascendentes a lado y lado. Por nuestra parte, tomamos la vertiente norte y que nos conduciría al altiplano de El Morro, el cual constituye el núcleo central y el más famoso de éste páramo. Atrás dejábamos los cerros del Alto de Sabanas pertenecientes a la porción del páramo que queda en jurisdicción del municipio de Entrerrios. Hacia el este, pudimos apreciar extensas fincas, mayormente ganaderas y desde allí, el terreno que descendía en pronunciadas ondulaciones.

Comenzamos el ataque a la cima final sobre un sendero cuya inclinación podía estar cerca de los 65 grados. Incluso en algunos tramos tuvimos que “escalar” grandes mojones de roca, los cuales fueron toda una delicia para las personas con problemas de rodillas. Este tipo de ascensos se caracteriza porque se pierde toda la perspectiva acerca de dónde está la cumbre: Terminas con la respiración entrecortada preguntándole a tus exhaustos compañeros luego de cada empinado recodo “Cuánto falta ? Cuánto falta ?”. Pero cuando ya estas a punto de “tirar la toalla”, en medio de una sarta de imprecaciones y dándole puntapiés a tu insensible morral, aparece justo de lleno y frente a ti, la casa-refugio... oh Descanso!
Esta cabaña-refugio es una pequeña casa en madera elevada del terreno sobre pilones y que consta de 3 piezas, una cocina y un baño. No se imaginen un hotel 5 estrellas con servicio al cuarto y sabanas limpias. Para nada!! Sin embargo era mucho más de lo que esperábamos.
Cuando me uní a este viaje decidí que era una buena oportunidad para hacerlo en compañía de mis dos hijos, ya que de antemano, estaba seguro que las condiciones de “hospedaje”, del terreno mismo y la falta de lujos, serían una excelente experiencia para ellos. Y es preciso en estas situaciones donde la ausencia de comodidades y con escasez de recursos, que es más probable que afloren el ingenio, la paciencia, el espíritu espartano y por supuesto el buen humor: las piezas del refugio permiten que un máximo de 4 o 5 personas puedan acomodarse (sobre el piso) y de esta manera aprovechar en toda la extensión de la palabra “el calor humano”. Ante la ausencia de camas, debimos tender un plástico, sobre el cual hicimos un colchón con paja seca tomada de los extensos pajonales que pueblan esta zona; luego encima pusimos las esterillas térmicas y por último los sleeping. Sobre las vigas del techo hicimos una especie de tendedero de ropa y allí acomodamos los morrales y todo aquello que no fuera indispensable. Dado que no habían armarios, pues qué mejor lugar para acomodar la comida, las botas y las ollas que el piso mismo. También cortamos un par de corrientes frías que se colaban por algunas ventanas rotas usando un poco de cinta y bolsas plásticas. La ropa y el resto de los enseres era un amasijo de cosas que fluían entre los Sleeping y los morrales.

La cocina de la cabaña contaba con un par de fogones a gas lo cual facilitó mucho la preparación de los alimentos. Pero lo que realmente comenzó a preocuparnos y para lo cual no estábamos suficientemente preparados, era la cada vez acuciante falta de agua potable. El refugio contaba con un circuito de agua suministrada por un par de tanques los cuales a su vez la recogían procedente de la lluvia del techo, lamentablemente el agua no era su único que contenido: hojas, animales muertos, larvas, gusanos, para mencionar sólo lo que se veia a simple vista. Desde luego ésta no era un agua apta para el consumo humano. Aquella primera noche y la primera parte del siguiente día, hubo que mantener un régimen estricto de consumo de agua empleando para ello las reservas que quedaban. Esto suena un poco contradictorio ya que los páramos son las supuestas cunas de agua y que por tanto debería ser fácil encontrarla.
Pero claro, de nuevo, no hay que partirse el cráneo buscando una respuesta a este problema, pues los páramos parecen tener más enemigos que amigos, y me voy a atrever a hacer un breve balance de ambos:
Los enemigos:
* La ganadería que por un lado que incide indirectamente al acabar con el bosque del pie de monte paramuno para generar tierras de pastoreo y por el otro, con un efecto directo, pues el tipo de pisada del ganado genera cambios casi permanentes en la estructura de los suelos alterando no solo la vegetación sino sus características hidráulicas.
* La agricultura que intencionadamente desvía fuentes y cursos naturales de agua, afectando zonas que anteriormente dependían de este flujo. Sin mencionar por supuesto la contaminación de las mismas por el uso indiscriminado de agroinsumos y aguas negras.
* Explotación de la flora paramuna para leña lo que ocasiona la erosión, resequedad del suelo y la aparición de especies parasitas que cambian la dinámica misma del ecosistema.
* Las quemas ocasionadas por los ganaderos y por el turismo sin control especialmente en las laderas, lo cual ocasiona que la tierra se erosione perjudicando las estructuras vegetales y animales.
* El narcotráfico (que no parece ser el caso de Belmira) que ha recurrido a las supuestas tierras baldías de los páramos como parcelas para cultivos ilícitos, especialmente de Amapola, produciendo una deforestación masiva de bosque nativo.

* La caza ilícita y extinción de las especies paramunas como el oso de anteojos, el cóndor, la danta de paramo, el puma, diversas clases de zorrillos, etc
* La actividad minera enfocada a la extracción y explotación de piedras calizas, carbón y oro. Adicionalmente el uso del terreno para embalses, oleoductos, carreteras y otras infraestructuras.
* Por supuesto no podíamos dejar de mencionar el ya famoso y tan vituperado, calentamiento global el cual en definitivas altera completamente las temperaturas promedio de los Páramos trastornando su principal función: interceptar y almacenar agua, y regular los flujos hídricos tanto superficiales como subterráneos.
Ahora los amigos:
* Cabildo verde es una organización propiamente del municipio de Belmira cuyo objeto es buscar la manera de proteger y conservar el medio ambiente a través de la concientización de la comunidad que vive cerca e interactúa con el páramo.
* Mecanismo de Informacion de Páramos (MIP) el cual es una iniciativa del Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN),en el marco del Proyecto Páramo Andino y tiene como objetivo principal visibilizar la información disponible sobre los páramos, su conservación y uso sostenible; así como promover la generación de conocimiento, difundir información y propiciar el aprendizaje entre los diferentes actores del desarrollo sostenible de páramos.(www.paramo.org).
* Los congresos mundiales de páramos PARAMUNDI (2002 y 2009) los cuales han contribuido a difundir la problemática y posibles soluciones para la conservación y manejo de los ecosistemas de páramo. (http://paramo.org/paramundi/index.php?option=com_content&task=view&id=13&Itemid=37)
* La iniciativa dentro del Ministerio de Ambiente tendiente a realizar un manejo sostenible y restauración de los ecosistemas de alta montaña, entre los cuales figuran como principal figura, los páramos. Puede que no parezca mucho pero al menos contamos con estudios, informes y publicaciones que resaltan la importancia de este tipo de ecosistemas y la urgencia de su conservación.
* El Instituto de Hidrologia y estudios ambientales (IDEAM) quienes han hecho toda una serie de estudios sobre las consecuencias y efectos del cambio climatico global, particularmente enfocado a los páramos y ecosistemas alto andinos.
* El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, el cual Promueve, coordina y realiza investigaciones que contribuyen al conocimiento, conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Uno de sus proyectos se relaciona con el Ecoturismo y su impacto sobre las zonas paramunas. (http://www.humboldt.org.co/blogCHM/)

* Proyecto Páramo Andino (PPA) es una iniciativa liderada por el Consorcio para el Desarrollo Sustentable de la Ecorregion Andina (CONDESAN), cuyo objetivo es buscar alternativas de conservación de los páramos a través de la ejecución de acciones claves tendientes a capacitar, concientizar e investigar desde la perspectiva de las personas vinculadas al ecosistema. (http://www.infoandina.org/ppa/sitio.shtml)
* Corantioquia quienes particularmente tienen “jurisdicción” sobre el páramo de Belmira y cuyos esfuerzos por conservar lo que llaman el bosque alto andino ham comenzado a rendir sus frutos.(www.corantioquia.gov.co/sitio/index.php?option=com_content&view=article&id=184:sistema-de-pmos-y-bosques-altoandinos-del-noroccidente-medio-antioque&catid=50:subtemcas)
Sin embargo, luego de esta breve sinopsis es posible terminar reconfortado, pues a primera vista se podría deducir que aquellos que somos conscientes de nuestro entorno y del valor de este tipo de ecosistemas, somos muchos más hablando en términos numéricos. Pero, el balance de fuerzas está evidentemente inclinado hacia aquellos que se erigen como némesis de los páramos.
Y la verdad lamentablemente, tiene muchos más matices que solamente blanco y negro, ya que de una u otra forma, consciente o inconscientemente, de una manera ingenua o totalmente premeditada, nuestras vidas citadinas, nuestro rol social y la pulsión por satisfacer nuestras necesidades, sean estas cuales fueren, tienen una enorme dosis de ceguera e ignorancia respecto al impacto y el costo en términos lo que ecológicamente le estamos haciendo al planeta.
Y por ende, a nosotros mismos.
Con ésta reflexión termino la primera parte de este viaje al páramo de Belmira, adicionando como es de costumbre, la ruta y un set de fotos de la misma.
Trekking Belmira Parte 1 at EveryTrail
Map created by EveryTrail: GPS Trail Maps
A nivel geográfico, el páramo de Belmira se encuentra ubicado en la cordillera central de Colombia la cual comienza desde este punto a desvanecerse lentamente hacia el norte, más allá de los llanos de Cuivá y de las estribaciones montañosas de Yarumal. Sin embargo esta zona es sumamente interesante porque desde el Páramo de Belmira puede distinguirse claramente como las cordilleras Occidental y la Central son partidas por el cañón del rio Cauca, el cual discurre hacia el norte cada vez mas encerrado por ambas cadenas montañosas llegando a una zona tan abrupta que no hubo mejor nombre para darle que El Nudo de paramillo.
En esta ocasión se trataba de un viaje de tres días al páramo pero, debo decir que nada nos derrotó: ni el cansancio, ni la altura, ni el frio, ni las incomodidades propias de estos viajes. Sería esta la ocasión perfecta para conocer el verdadero valor de esa simple molécula compuesta por dos átomos de hidrogeno y uno de oxigeno, sin cuya presencia la vida en este planeta no hubiese sido, ni será posible.

Partimos desde la plaza de Belmira y nos encaminamos hacia el páramo con nuestros morrales a cuestas tomando como ruta la del Alto La Montañita. Nada mas empezando, luego de cruzar el rio Chico a la altura del cementerio, nos recibe una agradable colina de unos 45 grados de inclinación, la cual puso nuestras intenciones a prueba y que serviría de perfecto abrebocas para el recorrido que apenas iniciábamos.
Conforme fuimos avanzando, sobre un terreno ondulado pero cuya tendencia era claramente ascendente, pasamos sobre poderosos canalones de arriería y empezamos a divisar nuestro objetivo: La casa-refugio situada en lo alto de la cuchilla de El Morro. Esta visión presagiaba que el ascenso final sería todo un reto para los músculos de nuestras piernas.
Pasado el mediodía llegamos hasta una finca en las estribaciones de La Quebradona, en la zona de Sabanas, donde hicimos la obligada parada para almorzar. Con tan solo 5 kms de recorrido algunas personas empezaron a notar como el agua empezaba a desaparecer, quizás demasiado rápido. Era evidente la necesidad de encontrar una buena fuente del líquido y para fortuna de muchos, ésta apareció en medio de la maleza justo cuando con renovadas fuerzas retomabamos el rumbo.
Desde allí se hizo evidente que la montaña hacía una especie de “silla de montar” con dos cuchillas ascendentes a lado y lado. Por nuestra parte, tomamos la vertiente norte y que nos conduciría al altiplano de El Morro, el cual constituye el núcleo central y el más famoso de éste páramo. Atrás dejábamos los cerros del Alto de Sabanas pertenecientes a la porción del páramo que queda en jurisdicción del municipio de Entrerrios. Hacia el este, pudimos apreciar extensas fincas, mayormente ganaderas y desde allí, el terreno que descendía en pronunciadas ondulaciones.

Comenzamos el ataque a la cima final sobre un sendero cuya inclinación podía estar cerca de los 65 grados. Incluso en algunos tramos tuvimos que “escalar” grandes mojones de roca, los cuales fueron toda una delicia para las personas con problemas de rodillas. Este tipo de ascensos se caracteriza porque se pierde toda la perspectiva acerca de dónde está la cumbre: Terminas con la respiración entrecortada preguntándole a tus exhaustos compañeros luego de cada empinado recodo “Cuánto falta ? Cuánto falta ?”. Pero cuando ya estas a punto de “tirar la toalla”, en medio de una sarta de imprecaciones y dándole puntapiés a tu insensible morral, aparece justo de lleno y frente a ti, la casa-refugio... oh Descanso!
Esta cabaña-refugio es una pequeña casa en madera elevada del terreno sobre pilones y que consta de 3 piezas, una cocina y un baño. No se imaginen un hotel 5 estrellas con servicio al cuarto y sabanas limpias. Para nada!! Sin embargo era mucho más de lo que esperábamos.
Cuando me uní a este viaje decidí que era una buena oportunidad para hacerlo en compañía de mis dos hijos, ya que de antemano, estaba seguro que las condiciones de “hospedaje”, del terreno mismo y la falta de lujos, serían una excelente experiencia para ellos. Y es preciso en estas situaciones donde la ausencia de comodidades y con escasez de recursos, que es más probable que afloren el ingenio, la paciencia, el espíritu espartano y por supuesto el buen humor: las piezas del refugio permiten que un máximo de 4 o 5 personas puedan acomodarse (sobre el piso) y de esta manera aprovechar en toda la extensión de la palabra “el calor humano”. Ante la ausencia de camas, debimos tender un plástico, sobre el cual hicimos un colchón con paja seca tomada de los extensos pajonales que pueblan esta zona; luego encima pusimos las esterillas térmicas y por último los sleeping. Sobre las vigas del techo hicimos una especie de tendedero de ropa y allí acomodamos los morrales y todo aquello que no fuera indispensable. Dado que no habían armarios, pues qué mejor lugar para acomodar la comida, las botas y las ollas que el piso mismo. También cortamos un par de corrientes frías que se colaban por algunas ventanas rotas usando un poco de cinta y bolsas plásticas. La ropa y el resto de los enseres era un amasijo de cosas que fluían entre los Sleeping y los morrales.

La cocina de la cabaña contaba con un par de fogones a gas lo cual facilitó mucho la preparación de los alimentos. Pero lo que realmente comenzó a preocuparnos y para lo cual no estábamos suficientemente preparados, era la cada vez acuciante falta de agua potable. El refugio contaba con un circuito de agua suministrada por un par de tanques los cuales a su vez la recogían procedente de la lluvia del techo, lamentablemente el agua no era su único que contenido: hojas, animales muertos, larvas, gusanos, para mencionar sólo lo que se veia a simple vista. Desde luego ésta no era un agua apta para el consumo humano. Aquella primera noche y la primera parte del siguiente día, hubo que mantener un régimen estricto de consumo de agua empleando para ello las reservas que quedaban. Esto suena un poco contradictorio ya que los páramos son las supuestas cunas de agua y que por tanto debería ser fácil encontrarla.
Pero claro, de nuevo, no hay que partirse el cráneo buscando una respuesta a este problema, pues los páramos parecen tener más enemigos que amigos, y me voy a atrever a hacer un breve balance de ambos:
Los enemigos:
* La ganadería que por un lado que incide indirectamente al acabar con el bosque del pie de monte paramuno para generar tierras de pastoreo y por el otro, con un efecto directo, pues el tipo de pisada del ganado genera cambios casi permanentes en la estructura de los suelos alterando no solo la vegetación sino sus características hidráulicas.
* La agricultura que intencionadamente desvía fuentes y cursos naturales de agua, afectando zonas que anteriormente dependían de este flujo. Sin mencionar por supuesto la contaminación de las mismas por el uso indiscriminado de agroinsumos y aguas negras.
* Explotación de la flora paramuna para leña lo que ocasiona la erosión, resequedad del suelo y la aparición de especies parasitas que cambian la dinámica misma del ecosistema.
* Las quemas ocasionadas por los ganaderos y por el turismo sin control especialmente en las laderas, lo cual ocasiona que la tierra se erosione perjudicando las estructuras vegetales y animales.
* El narcotráfico (que no parece ser el caso de Belmira) que ha recurrido a las supuestas tierras baldías de los páramos como parcelas para cultivos ilícitos, especialmente de Amapola, produciendo una deforestación masiva de bosque nativo.

* La caza ilícita y extinción de las especies paramunas como el oso de anteojos, el cóndor, la danta de paramo, el puma, diversas clases de zorrillos, etc
* La actividad minera enfocada a la extracción y explotación de piedras calizas, carbón y oro. Adicionalmente el uso del terreno para embalses, oleoductos, carreteras y otras infraestructuras.
* Por supuesto no podíamos dejar de mencionar el ya famoso y tan vituperado, calentamiento global el cual en definitivas altera completamente las temperaturas promedio de los Páramos trastornando su principal función: interceptar y almacenar agua, y regular los flujos hídricos tanto superficiales como subterráneos.
Ahora los amigos:
* Cabildo verde es una organización propiamente del municipio de Belmira cuyo objeto es buscar la manera de proteger y conservar el medio ambiente a través de la concientización de la comunidad que vive cerca e interactúa con el páramo.
* Mecanismo de Informacion de Páramos (MIP) el cual es una iniciativa del Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN),en el marco del Proyecto Páramo Andino y tiene como objetivo principal visibilizar la información disponible sobre los páramos, su conservación y uso sostenible; así como promover la generación de conocimiento, difundir información y propiciar el aprendizaje entre los diferentes actores del desarrollo sostenible de páramos.(www.paramo.org).
* Los congresos mundiales de páramos PARAMUNDI (2002 y 2009) los cuales han contribuido a difundir la problemática y posibles soluciones para la conservación y manejo de los ecosistemas de páramo. (http://paramo.org/paramundi/index.php?option=com_content&task=view&id=13&Itemid=37)
* La iniciativa dentro del Ministerio de Ambiente tendiente a realizar un manejo sostenible y restauración de los ecosistemas de alta montaña, entre los cuales figuran como principal figura, los páramos. Puede que no parezca mucho pero al menos contamos con estudios, informes y publicaciones que resaltan la importancia de este tipo de ecosistemas y la urgencia de su conservación.
* El Instituto de Hidrologia y estudios ambientales (IDEAM) quienes han hecho toda una serie de estudios sobre las consecuencias y efectos del cambio climatico global, particularmente enfocado a los páramos y ecosistemas alto andinos.
* El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, el cual Promueve, coordina y realiza investigaciones que contribuyen al conocimiento, conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Uno de sus proyectos se relaciona con el Ecoturismo y su impacto sobre las zonas paramunas. (http://www.humboldt.org.co/blogCHM/)

* Proyecto Páramo Andino (PPA) es una iniciativa liderada por el Consorcio para el Desarrollo Sustentable de la Ecorregion Andina (CONDESAN), cuyo objetivo es buscar alternativas de conservación de los páramos a través de la ejecución de acciones claves tendientes a capacitar, concientizar e investigar desde la perspectiva de las personas vinculadas al ecosistema. (http://www.infoandina.org/ppa/sitio.shtml)
* Corantioquia quienes particularmente tienen “jurisdicción” sobre el páramo de Belmira y cuyos esfuerzos por conservar lo que llaman el bosque alto andino ham comenzado a rendir sus frutos.(www.corantioquia.gov.co/sitio/index.php?option=com_content&view=article&id=184:sistema-de-pmos-y-bosques-altoandinos-del-noroccidente-medio-antioque&catid=50:subtemcas)
Sin embargo, luego de esta breve sinopsis es posible terminar reconfortado, pues a primera vista se podría deducir que aquellos que somos conscientes de nuestro entorno y del valor de este tipo de ecosistemas, somos muchos más hablando en términos numéricos. Pero, el balance de fuerzas está evidentemente inclinado hacia aquellos que se erigen como némesis de los páramos.
Y la verdad lamentablemente, tiene muchos más matices que solamente blanco y negro, ya que de una u otra forma, consciente o inconscientemente, de una manera ingenua o totalmente premeditada, nuestras vidas citadinas, nuestro rol social y la pulsión por satisfacer nuestras necesidades, sean estas cuales fueren, tienen una enorme dosis de ceguera e ignorancia respecto al impacto y el costo en términos lo que ecológicamente le estamos haciendo al planeta.
Y por ende, a nosotros mismos.
Con ésta reflexión termino la primera parte de este viaje al páramo de Belmira, adicionando como es de costumbre, la ruta y un set de fotos de la misma.
Trekking Belmira Parte 1 at EveryTrail
Map created by EveryTrail: GPS Trail Maps
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